Cuentos con olor a sobaquina

Muchos periódicos de distintas provincias están publicando una colección de cuentos clásicos con olores. Parece que esto de los olores en los cuentos infantiles no es nuevo y mal negocio, según se puede deducir de esta entrevista,  de 2008, pero yo desconocía este tipo de libros hasta ahora. Y qué quieren que les diga. Si el libro fuera simplemente de fotografías o ilustraciones y olores o algo así, tendría su aquel. Pero ¿para qué diantres necesita una narración clásica olores? Quizá peque de anticuado y sea éste un avance tecnológico que se popularizará en el futuro. Quizá dentro de unos años los libros electrónicos incluyan un pulverizador de aromas para crear una experiencia sensorial aparte de la espiritual que conlleva la lectura, aunque espero que no, porque una edición de la insufrible El perfume podría tener consecuencias fatales. Pero en fin, ahí quedan estos títulos.

En lo puramente editorial, se trata de una colección de cuentos clásicos, con ilustraciones y tipografía estándar, aunque ésta última incluye de vez en cuando palabras con efectos (colores, tamaños, alineación) distintos al general que no facilitan la lectura precisamente. El primer número de la colección corresponde a Hansel y Gretel e incluye entre sus aromas golosinas, chocolates, troncos de árboles… Aunque sin duda el que más me ha llamado la atención es el que se ilustra en la fotografía inferior (pueden hacer clic en ella para verla más grande): ¡a sudor! Con todo, hay que considerarse afortunados. ¿Os imagináis que, en lugar de sudar aterrado, Hansel se hubiera cagado de miedo?

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